domingo, 26 de diciembre de 2010

Miguel Prieto, fundador del diseño en México. Entre la furia y la armonía.

Un artista mexicano y español.
Queremos dedicar este artículo a la figura de Miguel Prieto, que como tantos otros tuvo que exiliarse en México después de la guerra civil española (1936-1939). Si tuviéramos que ponerle patria –tarea difícil - diríamos que se trata de un artista nacido en España que vivió, trabajo y murió en México, dónde fue muy bien acogido desarrollando con entusiasmo su carrera profesional.
Miguel Prieto, fue un artista con múltiples facetas como pintor, tipógrafo, figurinista, ilustrador y escenógrafo (sus obras estuvieron junto a las de Picasso, Miró, Alberto Sánchez y Renau en la Exposición Universal de París, celebrada en 1937). A través de sus facetas de pintor y diseñador gráfico a las que acompañó un constante compromiso intelectual en lo social y en lo político, Prieto encarna, sin lugar a dudas, una de las figuras más sugestivas de la Edad de Plata de la cultura española y del diseño y la ilustración mexicana.



Entre los españoles que llegaron durante el exilio republicano a México, Miguel Prieto ocupa uno de los lugares capitales; a él le corresponde cabalmente la fundación del arte y del diseño tipográficos de la segunda mitad del siglo XX mexicano. Su mejor discípulo, Vicente Rojo -que en 1950 entró como su asistente y aprendiz - así lo reconoce:
“ Manejaba las letras, los colores, los distintos papeles y las imágenes con gran elegancia y sencillez y sabía darle el mismo valor a cada publicación que diseñaba, lo mismo si se trataba de un importante libro de arte que de un simple boleto de entrada al Palacio de Bellas Artes, es decir, que practicaba una especie de democracia visual.”

Un artista comprometido.
La definición de Miguel Prieto como pintor, pues la pintura fue su más profunda vocación, no debe ocultar no obstante sus otras actividades -escenografía, ilustración de libros, tipografía, etc.-, se podría decir que no hubo en realidad empresa intelectual que requiriese un sentido plástico de la belleza en la que Miguel Prieto no estuviera interesado; lo mismo puede decirse de su inquietud ideológica, tanto en la teoría del arte como en la política.
En su exilio mexicano la actividad de Prieto cristalizó definitivamente a través de dos rumbos: la pintura y el diseño gráfico. Su pintura, que tuvo una importante presencia en la escena artística mexicana, experimentó una nueva fase intensa y expresiva. De hecho terminó de madurar reedificando la memoria de España a través de revividas escenas de la guerra, imágenes alegóricas que intentaban rescatar lo esencial de la vivencia de España o metáforas de una lucha que no se quería dar por terminada. Fue algo que estuvo presente durante toda esta etapa de su vida artística.
La pintura de Prieto también supo recuperar el destino estético de la mirada a través de bodegones o figuras que expresaban una vitalidad nunca doblegada. Pero ya desde fechas muy tempranas se dejó igualmente penetrar por la sensibilidad y el alma de la nueva patria de acogida, cuyas exuberantes formas y colores, así como la potencia constructiva de su sensibilidad ancestral, el artista supo hacer suyas.

Un diseñador en la vanguardia.
En cuanto al diseño gráfico, desde una esencialidad minimalista Prieto fundamentó un verdadero giro en las artes gráficas mexicanas; logró crear una sólida tradición y una verdadera escuela. Su actividad fue desbordante, y se encargó del diseño de publicaciones tan importantes como España Popular, el suplemento dominical de El Nacional, México en la cultura, Nuestro Tiempo, Sinopsis, México en el arte, Universidad de México. También ilustró numerosos libros, como La Celestina de Fernando de Rojas, o La esfinge mestiza de Juan Rejano, y cuidó la edición mexicana del Canto General de Pablo Neruda, así como otros títulos del poeta chileno.

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Ilustración


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1 comentario:

Anónimo dijo...

Un corto documental que acabo de visionar muestra el hijo menor de Miguel,Angel(que vive en México),recogiendo pertenencias de su padre en Cabestany (Francia) en un homenaje a los 70 años del exilio,gracias a una familia que lo guardó.